viernes, 14 de septiembre de 2012
Dardos venenosos con palabras venenosas
Que manía tiene la gente por preguntar, y quieren respuestas. Madre mía que si las quieren... Las piden a gritos, las aclaman. Y yo no sé qué contestar. Yo no lo sé. Me lo pregunto a mí misma y me pierdo entre nubes de pensamientos que no quiero ni tocar, que tengo escondidos bajo la cama, en una caja de zapatos, en un libro con portada londinense, en un cuaderno pintado a acuarelas.
Y me veo perdida hasta el final. Cuando decidir ya no sea una opción sea una imposición, entonces será cuando más desorientada esté y necesite un empujón para despertar de este cuento de hadas, que en mi interior yace como pesadilla.
No sé ni dónde ni qué ni con quién pero cada vez estoy más segura de que te quiero en mis páginas.
Cé.
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